Al final el Dios del Viento y de la Lluvia fue envidioso. Necesitaba saber qué pasaba en esa plaza cargada de vida y…….fuego. Tuvo que echar un vistazo y como un niño pequeño enrabietado, a las ocho de la noche, comenzó a soplar a ras de nuestra candela provocando un humo negro que separaba a la gente del calor de las llamas, y ¡vaya si nos separó¡ millones de pavesas hacían parapente y aterrizaban en nuestros hombros y cabezas, mientras la
bruja nariguda
reía de la ocurrencia de su aliado el Dios, pero sus risas fueron sus últimos llantos y en un abrir y cerrar de ojos, sucumbió.
El Dios se retiró por un instante y permitió que durante más de dos horas nuestros visitantes disfrutaran de nuestros productos típicos. Las colas en la venta de tickets eran infranqueables pero prometemos que el próximo año, solucionaremos este desaguisado: colocaremos más puntos de venta.
Y mientras tanto, más de 25 luciérnagas enanas con petos fluorescentes, intentaban vender las papeletas de la Tómbola al público presente. La Tómbola fue un éxito y aunque las tartas mostraron cierta pereza al salir, al final todas encontraron su dueño.
Pero el envidioso Dios no se había ido, apareció de su escondrijo y recomido porque nadie le hacía caso, desenchufó con su fuerza algún cable y provocó el caos. Cientos de personas que exclusivamente habían venido para ver a
AMADABLAN, se quedaron sólo con la primera parte, la segunda, las canciones de GATO NEGRO, aquellas que emulaban a Triana, Alameda o Medina Azahara, tendrán que esperar, ¿cuándo? seguro que pronto. De todas formas, con el inicio posterior de la lluvia (otra gracia más del envidioso), poco más podrían haber hecho Diego, Pedro, Manuel, Javi o Josu. Disfrutaron con nosotros, cenaron con nosotros y aunque con mal sabor de boca, seguro que se llevaron buena impresión de esta Asociación y de todas las personas que hay tras ellos.
Gracias a todos los allí presentes, especialmente a las familias de los alumnos y alumnas de 6º curso, y a la Junta Directiva de la AMPA, nuestras disculpas por los pequeños detalles organizativos, por nuestros posibles errores, pero hacerlo mejor, es difícil. Ante tanta gente, todo resulta complicado y………no somos profesionales. Además, con un Dios Hediondo y Envidioso a nuestro lado, difícil es competir.
Gracias por vuestro apoyo.
Félix Zambrano García
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